Hoy traeré para ustedes la historia del
icono más grande que ha tenido la gaita zuliana: Ricardo José Aguirre González
“El Monumental de la Gaita”. La cual dividiré en dos partes: una tomada de una
narrativa de Iguana/TV perteneciente a El
Panorama, 8 de noviembre 2016, la cual consideré muy apropiada para esto
y la otra parte es producto de mi investigación lograda gracias a la ayuda de
tres participantes muy ligados a los hechos acontecidos y en parte
protagonistas de los mismos; ellos son Alves Aguirre, hermano del “Monumental”,
Teresita Suarez, viuda de Aguirre y como colaborador Ronny Aguirre, sobrino de
Ricardo e hijo de Alves.
Comienzo con la primera parte:
“Este
8 de noviembre se cumplen 47 años de la muerte de Ricardo Aguirre González. Fue
maestro y locutor también. En tiempos de estrechez económica, trabajó en una
farmacia y hasta pintó casas para conseguir dinero, recuerda su esposa. Vivió
solo 30 años y en su honor “la grey zuliana” celebra, cada 8 de noviembre, el
Día del Gaitero.
Vino
al mundo enmantillado. Así repetía con orgullo Ida Cira González cada vez que
algún vecino elogiaba a su hijo Ricardo Aguirre. Tanta visión y fuerza había en
esa madre que, sin esperarlo, hizo que esas palabras marcaran al cuarto de sus
varones, quien llegó al mundo hace 77 años, y aunque solo vivió 30, sigue
siendo el gaitero más importante del país.
Sin
poses, ni divismos. Sencillo, carismático, culto, colaborador, alegre y dueño
de un vozarrón lo recuerdan en la familia, la querida “dinastía Aguirre”; y
quienes lo conocieron y oyeron cantar.
Dentro y fuera del Zulia lo llaman “El
Monumental de la Gaita”, como lo bautizara el abogado Octavio Urdaneta.
“Era la figura más
destacada del género. Jugaba con su timbre de voz, tanto con los bajos como con
los agudos y a mí me pareció aquello excepcional. Era, en síntesis, un
monumento de hombre, un artista”,
describía
Urdaneta para el libro Ricardo Aguirre, «El Monumental», escrito por Miguel
Ordóñez.
Ricardo
José Aguirre González, el de los lentes de pasta, era un hombre que irradiaba
magnetismo y liderazgo, coinciden quienes lo vieron cantar en enlosaos, patios
y otros escenarios gaiteros.
.- Tienes un porvenir bastante promisorio. Vas a ser un hombre
muy famoso, pero vas a terminar tu carrera temprano y habrá mucha gente
cantando contigo”.
Las
palabras de una gitana del circo que en los años 50 visitó Ricardo, cuando
estudiaba en Rubio, golpeaba como un eco la memoria de Ida Cira, su madre. A
ella, le causaba inquietud esa ‘premonición’. A su hijo le daba risa recordar
aquel encuentro con la pitonisa de la colorida carpa.
Ida
Cira sobrevivió a su hijo 22 años. Lo trajo al mundo a las 6:00 am del 9 de
mayo de 1939. Con la ayuda de una comadrona, parió a su cuarto niño. “Nació en
mi casa. Vino enmantillado”, comentaba. Tuvo seis hijos más: Luis Esteban,
Alfonso, Jesús Ángel, Rixio, Renato y Alves. La matrona fue un roble para el
trabajo y fuente inagotable de consejos para la familia. Luis Ángel Aguirre,
trabajador portuario, se separó de ella cuando nació Alves.
Los
Aguirre González vivían en la barriada Santa Lucía, al fondo del edificio
Hermanos Gómez Castro.
Las primeras letras las aprendió Ricardo en
una “escuelita paga”, situada en la calle Aurora, entre Carabobo y Padilla.
Desde los 4 años supo de letras y números bajo la guía de Mariíta Pulgar, quien
cobraba, cada semana, dos bolívares por alumno. A esa edad, era ya conversador,
aunque sustituía la c por la t. De la ‘escuelita’ pasó al plantel Clemente
Urdaneta, en Santa Lucía; más tarde entró a la “Padre Delgado”. El movimiento
Scout llamó su atención y llegó a la categoría lobato. Jugó voleibol.
Según
el gaitero y cronista, Miguel Ordóñez, Ida Cira —soñando con un futuro mejor
para Ricardo y motivada por un anuncio de prensa del Ministerio de Educación—
envió una carta solicitando la inscripción de su hijo para que se formara como
maestro en la Escuela Normal Gervasio Rubio, de Táchira.
En
1951, recibe respuesta positiva y Ricardo, ya de 12 años, se fue a Rubio. Allá
le nació la pasión gaitera. Su primer tema, dicen, lo dedicó a aquella escuela.
Con
su madre se ‘carteaba’ mucho. Sinsabores y triunfos eran descritos en esas
misivas. En 1956 le escribió que iba bien en los estudios, pero confiesa que
las ciencias sociales no le gustan.
Esta es la gaita del día
del año sesenta y cinco,
tanto el pobre como el rico
la cantan con alegría.
verso:
Y a cantar y a gozar,
les digo en el
estribillo,
con este golpe sencillo
la gaita va a continuar
(Gaita del 65).
.- “La voz de Ricardo no ha
podido ser superada”,
sostenía hace una década el compositor Eurípides Romero, amigo de versos y
parrandas.
Vamos a todos a cantar
esta gaitica zuliana
vamos a darle con ganas
no la dejemos enfriar;
porque ésto nos va a durar
hasta por la mañanita
(La sandunguera)
¿Cómo no iba a gustarle la música? ¿la gaita,
si lo heredó?
Sus
abuelas Hermelinda González y Dolores Aguirre cantaban valses, tangos y
boleros. Renato Aguirre, hermano de “El Monumental”, recuerda: “Nuestro abuelo
paterno, Pancho Landaeta, cantaba en retretas. Mamá y papá amaban la música.
Todos los tíos eran cuatristas. En los patios del sector La Múcura, en la
barriada Santa Lucía, y de Las Veritas se oían valses, bambucos, danzas,
contradanzas”.
Difícil era que la vena artística no brotara.
“Soy gaitero por herencia,
porque mamá fue gaitera
y papá fue de primera
cantando era una eminencia”.
A
los 19 años, Ricardo Aguirre egresó como maestro normalista en Rubio.
Gisela
Aguirre, su hija, recuerda que laboró dos años en el plantel Rafael Urdaneta,
de Bachaquero. Ya en Maracaibo dio clases en la escuela Monseñor Francisco
Antonio Granadillo. Además, impartió clases en el colegio Panamericano. Como
docente propició la República Escolar.
.-
“Hacía de cada aula un Estado y por ello en los
salones había presidente, gobernadores, ministros, diputados y concejales. Se
realizaban comicios, en diciembre, y se abría hasta la campaña electoral”.
A
su labor de maestro le sumó su trabajo en la radio. Con su certificado de
locutor comercial, número 3.247, entró a la emisora La Voz de la Fe, a conducir
un espacio de corte romántico, los domingos, de 9:00 a 11:00 de la noche.
Con
aquel vozarrón cautivó a las mujeres y atrapó, de manera especial, a una en
particular… a la “oyente de incógnito”. Esta, Teresita Suárez, también maestra,
poco tiempo después, se convirtió en su esposa. Se casaron en agosto de 1962 y
fueron los padres de: Ricardo, Yaneth, Jorge y Gisela Aguirre Suárez.
.-
“Yo llamaba a la radio para que me complacieran con
canciones y poemas. Nunca le dije mi nombre al locutor y él comenzó a llamarme
‘La oyente de incógnito”.
“Aguirre (así lo llamó siempre Teresita) era estricto en clases
y aun así, en media clase echaba un chiste… había que ver cómo lograba captar
rápidamente la atención de los alumnos”, evoca.
“Cuando a él lo enviaron al colegio Granadillo, escuché una
conversación del director Ramón León con otro hombre. La voz me pareció
familiar y me dije… ‘Esa es la del locutor’. Me las ingenié para entrar a la
dirección. Lo hice y me lo presentaron:
.-
“Maestra Suárez, conozca al nuevo colega, Ricardo Aguirre”.
El
director me pidió que le enseñara la escuela y durante el recorrido me dijo:
.-
“La voz suya me resulta familiar”.
Le contesté:
.-
“Y la suya también”… Ambos quedaron al
descubierto.
“Me lo imaginaba
buenmozo, doble, alto y cuando lo veo… ¡bueno, me gustó el negrito!”, decía.
“Cuando me casé con él, Aguirre comía arroz, plátano y bistec.
Nada de ensaladas ni sopas. Conmigo se acostumbró a comer de todo. Durante el
matrimonio aumentó 20 kilos. Le gustaba el plátano madurito, el revuelto de
pollo o de gallina, el atún, pero el de lata, y cuando lo comía, tomaba vino”.
Amó
a sus hijos. “Aguirre fue muy creativo. Una vez les hizo un monopolio marabino.
Él compró el cartón y diseñó las plazas Bolívar y Urdaneta; la Catedral, el
ferry, la Basílica, la Gobernación y el Concejo Municipal”.
.- “La gaita es el ritmo
que más he escuchado desde que nací… siento que soy especial, soy hija de El
Monumental”,
expresó, en una oportunidad, Gisela.
Al mundo gaitero, Ricardo Aguirre entró
profesionalmente con el conjunto Los Sabrosos. Pasó a Cardenales (al que llamó
Cardenales del Éxito) y a Saladillo. Tocó cuatro, compuso temas y grabó más de
65.
En su voz brilló la gaita protesta.
Un pueblo noble y creyente fe reclama
y entristece la penumbra en su dolor,
casi se esconde de su sol como apenado,
por el olvido en que se
encuentra su región.
(Gaita
Maracaibo marginada).
.- “La política tiene su mano metida en todo”, se quejaba Teresita en
entrevista con Panorama.
.-
“Estábamos
en Copei y con la gaita Imploración (de Marcial Valbuena) él cantó:
Virgen de Chiquinquirá
ve bien lo que están haciendo
nos están entreteniendo,
con que mañana será
y Venezuela en verdad
de hambre se está muriendo”.
“Gobernaba AD. Yo había dado a luz a Yaneth y se me extraviaron
los permisos médicos. Me botaron del colegio por ‘abandono de cargo’. Después
fueron contra Ricardo. Quedó sin empleo. Consiguió trabajo en la Escuela de la
Policía, donde estuvo seis meses sin cobrar”.
En
esos momentos duros, le plantean que renuncie a Copei y componga una gaita a AD
para volver a trabajar. Dijo:
.-
¡No!
“Había sido adeco y se decepcionó del partido cuando estuvo en
la COL.
Laboró en una farmacia y hasta pintó casas para conseguir
dinero”.
Volvió
a contar con empleo cuando ganó Caldera y lo designaron supervisor del distrito
escolar Maracaibo, pero decidió ir como coordinador a Mara y Páez.
.- “Estoy por
bañarme con cariaquito morao. Figurate, que al jeep que me dieron se le abrió
la capota cuando venía de El Moján. No me maté de pura suerte”, confió
al diario Crítica, días antes del accidente que segó su vida hace 45 años.
El
sábado 8 de noviembre de 1969, la noticia sobre su trágico deceso sorprendió a
Maracaibo. Chocó en el sector Las Veritas. Había llovido en la madrugada y
había faltado al toque en Radio Popular. Douglas Soto (ya fallecido) decía que
Ricardo se quedó dormido frente al volante. La despedida al ídolo gaitero fue
multitudinaria. Hubo duelo regional. La gaita La “Grey zuliana” fue en sí misma
un himno para el adiós.
.-
“Ricardo
sigue generando el mismo cariño y respeto. Gracias a él, las gaitas se
extendieron por el país”, expresa el compositor William Atencio.
Las
palabras de la gitana… ¿se cumplieron? Quizá, el propio Ricardo tampoco las
olvidó. Llegó a escribir en agosto de 1960 el poema:
“Viví como viven las velas/
lloré como los cirios/
lágrimas hervidas/
blancas…derretidas/
y entre estímulos grises/
desvanecí mi cuerpo/
Creo que tengo/
mi ventura extinta/
ya fui como las velas”.
Fue
y seguirá siendo “El Monumental”. Ya lo manifestaba “Mamaota” Rodríguez:
“Que ese 8 de noviembre/
no lo olvide el que es gaitero/
ya que en él murió el primero/
que hubo de enero a diciembre” .
Ricardo
Aguirre tuvo cuatro hijos en su unión matrimonial con Teresita Suárez: Ricardo,
Yaneth, Jorge y Gisela.
(Panorama)
(Crédito Fotográfico: Napoleón Sánchez)
Complementaré
esta crónica con algunas otras historias interesantes que como cultor he encontrado
sobre “El monumental”:
“Nadie
dentro del mundo de la gaita alcanzó más rápido el estrellato que Ricardo
Aguirre (El Monumental). De Santa Canoíta saltó a Cardenales cuando este sufrió
su primera división. Cayó con el pie derecho porque cantó prácticamente
obligado, por una razón difícil de creer: Ricardo afirmaba que su tesitura
vocal era similar a la de Armando Molero y que en conciencia el no cantaría
gaitas. Pedro Colina lo obligó al intento y desde que pegó el primer disco se
inmortalizó. El éxito fue de tal magnitud que Cardenales grabó dos L.P. ese año,
siendo éste el primer grupo que lo hizo, situación que muy pocos recuerdan.
Lo
de Ricardo fue tan “Monumental” que pese a la forma como había arrollado la
gaita “La Campeona”, del conjunto Saladillo un años antes, la presencia de
Ricardo sobrepasó a todos los solistas de esa gaita, tenida como la más exitosa
de todos los tiempos. Sobre Ricardo aun es cuando hay historia inédita que
contar por allí.”
Una de ellas es la que a continuación este
humilde cultor narrara para ustedes y es la que llamaré la segunda parte de la
historia y que corresponde específicamente a lo vivido por la familia Aguirre
Suárez un día antes de esa fatal tragedia que acabó con la vida del más grande
gaitero que ha dado la región zuliana.
El día 7 de noviembre, antesala de su fatal
encuentro con la muerte, Ricardo sale en
la mañana de su casa rumbo a la Gobernación para tratar de cobrar los tres
meses que le debían como Supervisor de Educación de las Escuelas Estatales.
Salió Aguirre con la esperanza de poder
hacer realidad ese pago ya que pensaban hacer una pequeña celebración por el
cumpleaños de “Chichi”; nombre que cariñosamente le daban a Jorge Luis, el
tercero de los hijos de Ricardo, que cumplía año el 12 de noviembre, el mismo
día que cumple años Renato Aguirre González, hermano de Ricardo. Cabe destacar
que Jorge Luis es hoy en día Médico Ginecobstreta residenciado en Chile.
Ricardo regresa a su aposento muy
defraudado y molesto al no recibir nuevamente pago alguno. Cargaba en ese
entonces un Jeep de la Gobernación ya que en su comienzo fue nombrado
Supervisor de Maracaibo pero en común acuerdo con una compañera de trabajo que
conocía desde su desempeño en la Escuela Granadillo le cambió la Supervisión de
Maracaibo por Mara.
Ya de regreso Ricardo le manifiesta a su
esposa:
.- Teresita, no me pagaron. Me voy a perder.
.- No Aguirre, no
te vais a perder solo, porque no nos perdemos los seis?
.- No, hoy me toca
perderme a mí solo, a ustedes no les toca perderse hoy.
Una cosa curiosa que recuerda Teresita ese
día, es que ella no se sabía de memoria su número de cédula y siempre que
Aguirre se lo solicitaba ella le decía:
.- “Esperate que voy a
buscarla”
Ese día Ricardo le dijo:
.- Hoy te la vais aprender…
Resulta que en la casa había dos puertas,
una que daba para un lado de la casa con entrada por la calle Colón y otra
puerta que daba hacia la parte de atrás del patio y una pieza enrejada que
había y la cocina, del otro lado, una puerta batiente.
Entraba por una puerta y le preguntaba a
Teresita, que estaba en la cocina:
.- ¿Qué número es tu cédula? Es: ciento sesenta y cinco, cuarenta, cincuenta y uno. A
ver repite.
Y así lo hizo tantas veces, entrando por un
lado y saliendo por otro, preguntando hasta que Teresita ese día se aprendió el
número de su cédula.
Ricardo sale de su casa más o menos a las
cuatro y media de la tarde dejando a Teresita con un mal presentimiento, esa
noche no podía dormir.
Durante toda la noche estuvo pendiente, se
paraba, le daba vuelta a los muchachos, como toda madre preocupada, iba y
revisaba que la puerta no tuviese el pasador echado para que Ricardo al llegar
no encontrara dificultad para entrar.
Cabe destacar que en los comentarios
posteriores a la muerte de Ricardo alguien expresó que este había regresado a
su casa y al no poder entrar se devolvió a seguir tomando, cosa totalmente
falsa ya que esa noche Teresita se levantó no menos de cuatro veces y revisaba,
ya que el cuarto de los muchachos quedaba cerca de la puerta de la entrada, la
cual tenía como tranca una piedra de rio grandota y sin el pasador echado.
Así pasa la noche con mucha preocupación lo
que le causó mucho dolor de cabeza que le obligó a tomarse dos aspirinas para
poder calmarse.
Bueno, volvamos al momento de la salida del
“Monumental” de su residencia, con rumbo al fatídico encuentro en el amanecer
del siguiente día.
Ricardo parte de su casa alrededor de las
cuatro y media de la tarde, buscando deslastrar su contenida rabia al no poder
cobrar los tres meses de sueldo que le adeudaban y se dirige a los sitios en
los que cotidianamente jugaba billar; quizá llevando en mente aquella estrofa
que junto a Germán Ávila cantaba en el año sesenta y seis con Cardenales del
Éxito:
A la hora de pagar
la plata se va volando,
y uno pasa trabajando
quince días sin cobrar…
IMPLORACION
Autor: Marcial Valbuena
Canta: Germán Ávila y Ricardo Aguirre
Cardenales del Éxito
Es en “La Paz Florida”, lugar en donde a
veces acostumbraba jugar billar, donde pasadas las seis de la tarde, lo
encuentra casualmente Luis Romero, uno
de los furreros de Cardenales, que en ese entonces le hacía suplencia a Luis
Añez porque este estaba estudiando. Éste pasaba por el sitio y al mirar por
encima de las batientes del establecimiento (puertas que se usaban en la entrada
del billar) Romero se da cuenta que
Ricardo estaba allí jugando y le dice:
.- Ricardo que hacéis vos aquí mirá que más tarde tenemos
presentación.
Cardenales tenía esa noche presentación en
la “Fonoplatea de los Éxitos”.
Aguirre le dice a Luis Romero:
.- No, yo no
voy a ir, no me habéis visto…
Es bueno aclarar que Ricardo no tenía
problemas con Pedro Suarez ni con la agrupación, como se ha pretendido hacer
ver en algunos comentarios.
Solamente ese día no se sentía con ganas de cantar
y solo quería olvidar las angustias y necesidades que por su mente pasaban a
causa de su situación generada por la falta de pago en su trabajo. Muy molesto
al no encontrar como resolver las maneras de llevar el sustento para mantener
su familia y mitigar la triste realidad que parecía perseguirlo con cualquiera
de los gobernantes de turno.
Madre mía si el gobierno
no ayuda al pueblo zuliano,
tendréis que meter la mano
y mandarlos pa’l infieno…
Se supone que desde allí “La Paz Florida”,
Ricardo se dirige al “Loco Lindo”, donde lo consigue su hermano Alves, más o
menos como a las ocho de la noche.
Alves venia de tocar con “Saladillo” desde
el otro lado del Puente, específicamente de una playa, “Barrancas”, donde
“Rincón Morales” se encontraba bautizando el LP de esa temporada.
Venía con Nerio Ríos quien les daba la
cola, en una camioneta, a él, a Rixio,
quien en ese momento vivía en San Francisco, a José Ríos “Bolita” y a otros.
Después de dejar a Rixio, Nerio pregunta:
.- Aja ¿y ustedes donde se quedan?...
.- A mí me dejáis en “Loco Lindo”, dijo Alves.
“Bolita” respondió:
“a mi igual”
Al llegar a “Loco Lindo” Alves se encuentra
con la agradable sorpresa que de allí venían saliendo Ricardo con su otro
hermano Luis Esteban.
.- Mirá Ricardo, ve quien viene llegando allí…
.- Que fue muchachos, ¿cómo está la cosa? Riposto
Ricardo.
Allí entraron de nuevo y siguieron
tomándose unas cervecitas con su hermano mayor, Luis Esteban, quien para ese
entonces era Diputado por el estado Zulia.
Se encontraban en el sitio: Ricardo, Luis
Esteban, Nerio Matheus, José Ríos “Bolita”, Douglas Luzardo “Mano e Brocha”,
Mauricio Villalobos y por supuesto Alves Aguirre.
De allí se enrumbaron a nuevos sitios para
seguir libando y disfrutar de esas compañías, rememorando ratos agradables.
Mientras trascurría la noche, Teresita se
encontraba preocupada al ver pasar las horas y que Aguirre no llegaba. Por otro
lado, una vez terminada la actuación de
Cardenales, Pedro Suarez como director de la agrupación los invita a reunirse
para hablar el caso de Ricardo Aguirre, ya que esa noche les habían pedidos
algunas de sus interpretaciones y éste no había asistido. Terminada la
exposición del caso, el furrero Luís Romero manifestó haberlo visto en “La Paz
Florida”, sitio al que luego se dirigió Douglas Soto sin logar el cometido de
encontrarlo. Se dice que Douglas fue a varios sitios que frecuentaba Ricardo y
su búsqueda fue infructuosa. Esto me ha llamado
poderosamente la atención ya que no sé en qué parte no engrana el
rompecabezas que mientras Ricardo pasaba la noche con sus hermanos y amigos en
lugares muy conocidos del ambiente marabino, Douglas Soto no pudo dar con su
paradero durante esa noche.
Desde “El Loco Lindo”, donde tuvo el
encuentro con los “muchachos” del “Saladillo”, Alves y Luis Esteban por
supuesto, salieron a recorrer otros sitios nocturnos con ellos: “La voz de la
Philco”, que era otro sitio de jugar billar, nuevamente “La Paz Florida” y “La Rumbera”.
Hay que recordar que al “Monumental” le
encantaba jugar billar, al punto que su apreciado amigo Jairo Gil compone una
gaita llamada “El Billar” que interpretara el afamado periodista y gaitero León
Magno Montiel y en uno de sus versos dice así:
“Recuerdo al Monumental
jugando en La Paz Florida,
con gente vieja, curtida,
que no pudo derrotar.
Se comprometió a pagar
con gaitas que en forma clara,
al cantar en la taguara
más nadie jugó billar.”
EL BILLAR
Autor: Jairo Gil
Canta: León Magno Montiel
Dinastía Aguirre
Serían más o menos entre las dos y dos y
media de la madrugada cuando, al retirarse de “La Rumbera”, Ricardo con su Jeep
pisa un pozo de agua que se había hecho muy cerca al local, específicamente en
la Esquina de Nuevo Circo, a una cuadra del Hospital de Niños, donde
frecuentemente se formaba una laguna, más que esa noche había estado lloviendo muy
duro, con la mala suerte que salpica de charco a un Volkswagen que en ese
momento transitaba por el sitio.
El conductor se baja furioso y comienza a
gritarle improperios a Ricardo, mencionándole a su progenitora en tono muy
amenazador. Aguirre trata de evitar cualquier discusión con el individuo pero
su hermano Luís Esteban al ver que se le mencionaba la madre de ambos en
consecuencia se le encima y le da una fuerte bofetada al señor que lo lanzó por
encima del carro. Es de hacer notar que Luis Esteban era una persona que medía
por encima de uno noventa de alto, en consecuencia la persona evitó tener
un encuentro con este.
Es totalmente falso que en su condición de
Diputado el hermano de Aguirre sacara un arma para agredir al conductor del Volkswagen;
una aseveración totalmente falsa.
En el momento de los hechos, Ricardo que
era una persona muy pasible tolerante propone:
.- Luis, ya está bueno. LLeváte a Alves, que no voy a seguir
tomando, yo me llevo a “Bolita” y a Mauricio, voy a pasar por “El merendero” a comprar algo de comida para llevarle a
Teresita.
Es bueno destacar que cuando ocurrió el
accidente la referida comida estaba regada por el piso del Jeep.
Hay comentarios que aseveran “que Ricardo
dijo…” que iría a comprar una pizza para su esposa en la Pizzeria Napolitana,
cosa totalmente falsa. Al igual que lo
del arma que se presume sacó a relucir el hermano de Aguirre en el altercado
con el señor del Volkswagen; otra aseveración totalmente falsa; el hermano de
Ricardo, Luis Esteban, no portaba arma.
Sé que esta aclaratoria va a traer
comentarios que tratarán de poner en entredicho lo que aquí les estoy
relatando, pero acostumbro a escribir mis artículos de información provenientes
de protagonistas de los hechos acontecidos y no de versiones contadas por
quienes no estaban presentes en los acontecimientos; de allí parte la
credibilidad de mis escritos.
Hasta ese momento de la madrugada, los
hermanos Aguirre se vieron en la salida de “La Rumbera” y se despidieron.
“Supuestamente” se cuenta (de esto no
tengo, hasta los momentos confirmación alguna) que Ricardo esa madrugada
también visitó un sitio denominado “La
esquina del Tango”, calle 11 con 84, sector Campo Elías, Veritas, cuya
propietaria era Carmen de Romero, a quien apodaban “Doña Bárbara”, este sitio era el lugar donde se vendía la
cerveza más cara de Maracaibo, para evitar que lo frecuentara cualquier persona
– cabe destacar que este es el mismo sitio donde dieron muerte a Ray Correa,
destacado solista de “Las Estrellas del Zulia” .
Se “supone” también que de allí, ya amaneciendo, sale Ricardo a llevar a
Mauricio Villalobos y llega a la casa de Magalys, la nieta de Virgilio Carruyo,
hija de Ciro Coyeyo, donde se toma sus últimos tragos y allí deja un vaso que
en ese momento tenía, para luego partir al encuentro con la fatalidad.
Ese vaso le fue regalado, al cabo de muchos
años, por Magalys Villalobos al vate William Atencio en una exposición que éste
hiciera sobre “Mil caratulas de LP”.
Ricardo Aguirre tiene el accidente más o
menos como a las seis y media de la mañana del sábado 8 de noviembre de 1969 en
la avenida 9B, entre las calles 87 y 88 del sector Veritas, a pocas cuadras de
su residencia en la calle Colón.
(Esquina del trágico accidente)
(Jeep que cargaba Ricardo Aguirre)
Pudo haberse quedado dormido, según la
apreciación de algunos, después de haber amanecido en una de esas noches
de parranda, cosa que pone en duda su hermano Alves, ya que en sus amaneceres
con Ricardo nunca vio a éste llegar a tales extremos; quizá su precaria visión
con un pavimento mojado por la lluvia, hizo que estrellara su Jeep contra la
parte de atrás del “chuto” de un camión que estaba aparcado frente a la empresa
llamada “Maquinarias International”; sitio de alquiler de maquinarias pesadas.
Es falso que haya sido contra un camión que cargaba café.
El conductor del aparcado “chuto” fue
detenido y presentó una severa crisis de nervios y se vio muy afectado al punto
que Jesús, uno de los hermanos de Ricardo, el cual era militar tuvo que
intervenir por el señor chofer ante las autoridades.
Volviendo al hogar de los Aguirre Suárez;
esa mañana muy temprano se encontraba Teresita en su cotidiana labor preparando
los teteros de los muchachos, con la preocupación de que Aguirre, como ella
acostumbraba llamarlo, no había llegado. Cuando se presenta Alfonzo, hermano
de Ricardo, y Teresita le dice:
.- Muchacho Alfonzo y vos que hacéis tan temprano por aquí…
.-
Conchale, una mala noticia.
.-
Ajá ¿Qué pasa? ¿Noticia de qué, de Aguirre?
.- Si, tuvo un accidente y se lo llevaron para el Hospital
Quirúrgico
En
esos instantes hizo presencia Pedro Suarez y ella le dijo:
.- Yo quiero que me lleven al Hospital, yo quiero estar allí
cuando lo operen.
Teresita se va con Pedro Suarez, quien
sabiendo que Ricardo había fallecido, enrumba hacia la casa de él y allá le
dice:
.-
No, bueno, antes de ir al Hospital, deja llamar
para saber si ya empezó la operación, yo voy a llamar al Hospital, voy a llamar
al Doctor.
Hace las veces que está llamando y regresa:
.-
Concha Teresita, una mala noticia…
.-
¿Qué, qué pasa?
.-
Ricardo no aguantó la operación. (Él sabía que a
Ricardo no le habían hecho ninguna operación)
Fue una manera de darle la noticia del
fallecimiento de Ricardo Aguirre; a quien ni siquiera autopsia le hicieron ya
que era familia del Doctor Ballestero quien laboraba allí como médico.
El impacto de la noticia fue tan inmenso
que ni siquiera pudo llorar en ese momento.
.- Rosita, llévenme para la casa, llévenme para la casa (le
manifestó a la esposa de Pedro Suarez)
En el momento en que Teresita de Aguirre
llega nuevamente a su casa y al ver sus cuatros criaturas que preguntaban por
su madre, es cuando comienza a llorar y a desahogar su gran pena acompañada de
su padre, su hermano Pancho, Rosita, Pedro Suarez, etc…
En ese momento aciago pensaba: “Dios mío, no puede ser esto que está
sucediendo, hasta que yo no lo vea no lo creo…”.
En ese instante comenzó la acostumbrada
situación que ocurre, generalmente, cuando de imprevisto muere alguien en algún
hogar del país; ¿Cómo se hace para cubrir los gastos del entierro?
Pedro Suarez carecía de los medios y fue
entonces cuando el Partido COPEI, se encargó de todos los gastos funerarios en
la “Funeraria Larrazábal”, donde le brindaron un entierro de primera.
Ricardo Aguirre fue velado en su casa, de
allí fue trasladado a la “Casa de la Cultura” donde también le rindieron
honores y de allí lo llevaron luego a “La Basílica” donde se le hizo guardia de
honor para sacarlo luego entre la multitud que le acompañaba entre conjuntos y
gaitas, algo realmente asombroso. La gente se resistió a que fuese llevado al
Cementerio en el carro fúnebre: “No,
nosotros lo llevaremos en hombro hasta su última morada”, decía la grey que
lo idolatraba.
Y se marchó dormido sobre los hombros,
de un pueblo que con asombro
partir le vio….
Hizo la multitud,
por la calle Derecha
con sus lágrimas brechas
en pos de su ataúd….
Autor: Firmo Segundo Rincón
Canta: Celestino "Tino" Rodríguez
Cardenales del Éxito
Fue llevado en hombros desde “La Basílica”
hasta el Cementerio “Corazón de Jesús”; ya era tarde de noche y un hecho que
ocurrió allí fue que uno de los sepultureros dijo: “Cónchale, hasta cuándo vamos a estar aquí” y entonces los demás
muy molestos le increparon: “Bueno, si
queréis vos te vais, nosotros nos quedamos aquí hasta la hora que sea
necesaria”.
A esa hora, Teresita de Aguirre pidió le abrieran la urna para darle su último adiós. El cementerio estaba bastante
oscuro y hubo que alumbrar con los faros de las motos y los carros para
cumplirle su ruego.
Aguirre fue enterrado alrededor de las diez
de la noche acompañado de una población que hasta el día de hoy recuerdan con
tristeza su partida.
(Ricardo Aguirre y familia)
En la actualidad su viuda Teresa Suarez de
Aguirre se le quiebra aun la voz al recordar esos momentos tan fatídicos y a pesar de sus 87 años (Ricardo tuviese 81,
era seis años menor que ella) es una persona totalmente lucida y con los
recuerdos de esa época que vivió junto a Aguirre, como ella lo llamaba, y su
hermosa familia.
Al momento de escribir esta historia la familia
Aguirre Suárez se encuentra de la siguiente manera:
.- Ricardo Jr. es Ingeniero Mecánico y vive
en México, con planes para establecerse en Estados Unidos (la última vez que
conversé con él estaba en esos trámites).
.- Jorge
Luis es Médico Ginecobstreta , reside en Chile.
.- Gisela “Chela”, educadora trabajaba en
el Colegio Joaquín Piña de
Las Veritas, murió en el 2016.
.- Janet, Ingeniero Agrónomo, vive junto a su madre Teresita.
(Ricardo Aguirre Suárez y Teresita de Aguirre)
Pido a mi santo negro y a la Virgen de
Chiquinquirá que les den sus bendiciones, no sólo a la familia Aguirre Suarez,
sino a toda “la dinastía” Aguirre, hermanos, sobrinos, tíos, etc. Vaya hacia
todos ello mi consideración y respeto.
Ya para culminar cabe destacar que sobre la
muerte de Ricardo Aguirre se han tejido muchas falsedades hasta el punto que
habría que hablar con José Marrero a fin de que prestara el famoso “Bus de
madera” para meter tanta gente que dicen que andaban con él la noche de su
tragedia.
EL BUS DE MADERA
Autor: José Marrero
Canta: Nelson Romero
Alegres Gaiteros
También se habla de una última gaita que escribiese
Ricardo la cual quería que Eurípides le pusiera la música y que le fuese
encontrada en un papel manuscrito suelto en un bolsillo de su camisa, la cual
le fue entregada a su esposa; esto también es totalmente falso.
Bueno queridos “gaitómanos” espero que esta
narrativa los haya llenado de tanta emoción como la que percibí yo, desde el
primer momento que comencé a escribir hasta este instante que continuo con una
pasión tan inmensa por haber tenido la suerte de poder plasmar esta “Monumental”
historia.
Jack hermanito, échanos tu bendición…
“El
decano de la Gaita”
Nota aclaratoria: En la segunda parte de esta historia coloco:
“Complementaré
esta crónica con algunas otras historias interesantes que como cultor he encontrado
sobre “El monumental”:
“Nadie
dentro del mundo de la gaita alcanzó más rápido el estrellato que Ricardo
Aguirre (El Monumental). De Santa Canoíta
saltó a Cardenales cuando este sufrió su primera división.”
Aclaro que esta fue una nota periodística que
encontré en las redes sociales hace tiempo y que merece la observación de mi
parte para aclarar que Ricardo Aguirre no perteneció a la agrupación “Santa
Canoita” y su paso fue de “Los Sabrosos” a “Los Cardenales.