Hoy hablaré de uno de los más grandes repentistas del Zulia:
Rafael Ávila Cuervo “Titán”.

Nacido en Los Puertos de Altagracia, fue uno de los cantores más populares de la región; era analfabeto y dicen que llegó a componer más de medio millón de versos, así como también llegó a tener los más diversos trabajos de la época, desde cazador de conejos hasta sepulturero.
Se cuenta que el poeta y dramaturgo
Udón Pérez en un encuentro con éste, en Los Puertos, para verificar la capacidad del repentista, le preguntó:
“¿Qué bicho puede arrastrar
más uñas que una langosta? “
Enseguida
"Titán" le contestó:
“ Una negra de la Costa
que le autoricen a fiar.”
"Titán" pasó mucho trabajo y a veces su situación era tan precaria que una vez dijo:
“Cuando Rafael se acuesta y no lo ven caminando
es porque le están lavando
la ropa que carga puesta”
Por mucho tiempo ejerció el trabajo de sepulturero del pueblo, oficio con el que se encariño mucho y debido a ello pidió a sus amigos que cuando muriese escribieran el siguiente epitafio sobre su tumba:
“Las vanidades del mundo,
las grandezas y el imperio,
se pierden en el profundo
silencio del cementerio. ”
Cuentan que una vez a
“Titán” se le ordenó exhumar algunos cadáveres motivado a que habían transcurrido muchos años de su entierro y se necesitaba su sitio para enterrar a otros. Con la finalidad de participarle tal propósito, se dirigió a una señora de nombre
Carmela Soto, viuda de un señor de apellido
Orozco y le dijo que iba a echar los restos del señor en el osario. La señora
Soto le ofreció darle 10 bolívares para que no exhumara a su marido y lo dejara donde se hallaba; pero luego fueron pasando los días y al ver que la viuda no le pagaba lo prometido, le mandó un recado con el siguiente verso:
“Decile a Carmela Soto
que dice el sepulturero,
si no me manda el dinero
le sacó a Orozco y lo boto.”
Como ya les conté,
Rafael “Titán” fue cazador de conejos y era un experto utilizando el sistema de trampas con lazos, las cuales preparaba en la noche para luego ir muy temprano en la mañana a recogerlos. Claro, nunca faltaban aquellos “vivos” que revisaban las trampas antes que él pasara y le robaban las presas. Por eso, cuando una vecina de nombre
Josefita Socorro, fue a verlo un día y le pidió una colaboración para una fiesta patronal,
“Titán” le dijo:
“Yo no creo en santos viejos,
de Josefita Socorro,
porque no me mata el zorro
que me come los conejos.”
El afamado repentista también trabajó como obrero petrolero en Mene de Mauroa; para ese entonces estaba bien porque ganaba buenos cobres; pero una vez se presentó de repente una fuerte recluta y para eludirla decidió regresar a Los Puertos; motivo por el cual pidió su liquidación en la empresa. El cajero, paisano de
Rafael y un tronco de jodedor, le dijo:
.- “Que broma, “Titán”, no hay un solo cobre en la caja, pero si vos queréis te pago con mene.”
Enseguida el poeta le ripostó:
“Cómo me queréis pagar
todo mi trabajo en mene,
cuando mi mujer no tiene
botijuelas que curar…”
A pesar de todo lo que hizo para no ir reclutado,
“Titán” no pudo evitar que un día lo agarraran y lo hicieran pagar el servicio militar. En el Cuartel lo destacaron como centinela y le dieron la consigna que alertara la primera vez y a la segunda disparara. Por lo que una vez que se hallaba cumpliendo vigilancia se acerco al puesto una “recorrida” y preguntó por él, enseguida
Rafael contestó:
“Aquí estoy de centinela
y el que venga huele a muerto,
Una vez nomás le alerto
y a la dos le doy candela.”
La emisora
Titán 98.5 FM, ubicada en Los Puertos de Altagracia, Municipio Miranda, Estado Zulia; hace honor al nombre del poeta repentista
Rafael Ávila Cuervo.