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Había tardado mucho en escribir sobre este “grande de la gaita”, ¿qué puedo decir de él que ya no se haya dicho?¿Será cosa del destino que hasta su nombre coincide con el de otros grandes personajes de la gaita zuliana: Ricardo Aguirre, Ricardo Portillo, Ricardo Hernández, etc.? ¿Vos no creéis que si Ricardo Corazón de León hubiese sido zuliano, a lo mejor también habría sido tremendo gaitero?
Por supuesto que ya sabéis a quien hago referencia:
Ricardo José Cepeda Olivares “El colosal”; como su apodo lo dice, es un coloso de la gaita zuliana. Desde sus inicios en el conjunto gaitero del liceo Caracciolo Parra Pérez hasta hoy en día con “Los Colosales” su trayectoria ha estado llena de triunfos y de grandeza.
Son innumerables los temas que ha puesto en la cúspide del folclor y es uno de los gaiteros más apreciado por todo el gremio y por ese pueblo que tanto le brinda cariño y respecto por su encomiable labor. Es un cultor que vive “zulianizando” a todo el país no solo con sus gaitas sino que además nos hace extasiar con su voz en la sonora compañía de sus “marabinos”.
De toda su gran producción gaitera hay particularmente dos que son mis favoritas, y me refiero a los CD que ha hecho bajo la dirección musical de Gabriel Lugo: Antología y Antología 2; en ambos nos transporta a lo que yo denomino “la época dorada de la gaita”. Sin menospreciar cualquier trabajo anterior, estos dos CD contienen grandes iconos de la gaita zuliana, los cuales en la voz del “Colosal” se engrandecen aun más.
De Ricardo Cepeda podríamos escribir infinidades de cuartilla hasta hacer un vademécum de la gaita zuliana, donde podríamos deleitarnos con sus composiciones, actuaciones y reconocimientos en este orbe gaitero.
Espero y deseo que ese trabajo de Antología no se detenga en la celebración de su 40 Aniversario (1969-2009) y que para este año 2011 realice su tercera producción de índole similar.
Ricardo, aunque no es tu onomástico, recibe mi humilde consideración y aprecio; permíteme rendirte pleitesía y desde este Blog pido a mi Santo Negro y a la China que te colmen de bendiciones y que tu voz siga henchida de esa gracia que Dios te dió.