.- Indolentes
Quiero expresar mi pesar y a la vez malestar porque noto la indolencia con son tratados nuestros baluartes del folclor zuliano por parte de quienes compete y tienen la posibilidad de hacer mejoras en la calidad de vida de estos iconos de la gaita zuliana.
Son muchos los ejemplos que podemos colocar de personajes que dedicaron toda su vida a la gaita zuliana y enriquecieron el folclor de la región dando lo mejor de sí y nunca vieron satisfechas las necesidades más elementales en un ser humano, como lo es una ayuda para la obtención de sus medicinas.
Podría nombrar casos emblemáticos como el de Humberto “Mamaota” Rodríguez, Jack Humberto Pérez Neuman, Gladys Mercedes Vera Mora y algunos otros que han pasado por este viacrucis.
No quiero significar con esto que los personajes mencionados vivieron en indigencia, no, pero si tuvieron carencias en cuanto a la obtención de medicinas y atención médica que pudieron cambiar la situación si hubiesen tenido un apoyo de Institutos o Entidades gubernamentales relacionadas con la cultura y el folclor del estado.
Es costumbre que después de fallecidos, se les pretende rendir honores y pleitesías en actos que no pasan de ser “faramallas” con la que pretenden lavarse la culpa que pudiesen tener.
En el caso de nuestra siempre recordada amiga Gladys Vera escuché por allí la idea de ponerle su nombre al distribuidor de la Circunvalación 3 y me pongo a pensar que su nombre debe ser colocado en algo más representativo que al verlo o visitarlo nos recuerde lo sublime que para nosotros significó la “Sempiterna Reina de la Gaita”.
De todas maneras existen iconos de nuestra gaita, como Ricardo Aguirre, Humberto “Mamaota” Rodríguez, Astolfo Romero, Nelson Martínez, Jack Pérez, Gladys Vera, por decir algunos pocos, que sus nombres jamás se borraran de nuestra memoria y serán recordados por generaciones y por siempre.
Otra cosa que pedimos sus más allegados amigos y sus familiares es que no se aprovechen de sus nombres para hacer proselitismo político. Esto nos enerva y les recordamos que el efecto es inversamente proporcional, contrario al que ellos como políticos esperan en su populismo.
Hoy nuevamente se repite la historia con personas relevantes en el ambiente gaitero, que están viviendo penurias con las miserables limosnas de pensiones que le dan algunas instituciones, lo que no alcanza ni para comprar sus medicinas, mucho menos para su manutención.
Quiero llamar la atención con el caso de la Señora Dora Liduina Hernández, viuda de Rodríguez (Mamaota), a quien profeso una inmensa amistad y respeto. Esta insigne poetisa y compositora, autora de muchas gaitas y decimas folclóricas, se encuentra con problemas propios de su edad y con otros que nada tienen que ver con su humanidad pero que repercuten en ella de una manera avasallante que hacen merma en su delicada salud.
Hace mucho tiempo se le prometió, de parte de un ente gubernamental, arreglar cierto desperfecto que presenta su aire acondicionado, aparato imprescindible para soportar el intenso calor que se vive en Maracaibo, y hasta la fecha sólo ha sido “promesa”.
La mejor manera de honrar a Humberto “Mamaota” Rodríguez es velando por el bienestar de la Señora Dora. Siento en ella que su salud se va deteriorando día a día; que es un calvario no sólo poder conseguir las medicinas, sino también el poder adquirirlas con el precario ingreso que debe tener.
¿Es mucho pedir a “FUNDAGRAEZ”, al “IMGRA”, a la Secretaría de Cultura de Estado Zulia, que hagan lo posible por mejorar la calidad de vida y garantizar los medicamentos permanentes que necesitan algunos insignes gaiteros, como el caso de la Señora Dora?.
En la mayoría de los casos nunca faltan, después que la persona fallece, aquellos que se dan “golpes de pecho” haciendo alarde de una amistad que nunca pasó de “deseos”…
Siento que a medida que escribo me voy enardeciendo al recordar tantos casos que conozco de celebridades gaiteras que pasaron penurias similares a las que hoy en día están pasando otros insignes gaiteros que han dedicado su vida a la gaita y al folclor zuliano.
Así que mejor pasemos a otro tema de conversación.
Este año, nuevamente llego a oír muchas gaitas que adolecen de lo esencial para considerarlas como parte de mi complacencia. Algunas carentes de poesía, de verso, de prosa y hasta de ritmo pascuero, porque aunque la gaita se cante y se toque todo el año yo la sigo considerando como un ritmo pascuero.
Hay algunas gaitas en las cuales Daniel Méndez nunca le podría decir a Astolfo: “Bueno primo, la tardanza es que arranque el cuatro”, ya que estas empiezan con unas baladas que no provoca seguir escuchando.
Hay gaitas que distan mucho de ser una autentica gaita zuliana, bien por su composición, o por su ritmo o por el sazón que la condimenta, y es entonces que recuerdo al “pana” Franquis González cuando dice que :
La gaita maracaibera
no se canta por cantar,
al Zulia debe llegar
su musiquita pascuera
que no la toca cualquiera
ni que la pueda imitar…
Aunque usted le parezca una cuestión de vanidad, para mí no lo es, debo recordar que “este es un sitio 100 % libre de cabras gaiteras”.
Sin embargo no todo está perdido, siguen existiendo agrupaciones que apuestan al rescate y conservación de la gaita zuliana como expresión de un pueblo que canta y ora, como dice la gaita, y esos conjuntos tienen la puerta franca en “La gaita del decano” por lo cual colocaré un botón de muestra, en el que dejo por fuera las composiciones de Freddy Bermúdez de quien creo se merece un reconocimiento aparte, de este humilde cultor, ya que esta temporada “se fue de jonrón” con no menos de seis temas que son de primera y vale la pena escribir al respecto en un artículo aparte.
Freddy, simplemente: felicitaciones mi hermano, seguimos pendiente con lo prometido.
Oigamos pues, un ramillete de gaitas que merecen nuestra atención sin desmeritar las que no aparezcan en esta oportunidad, bien porque ya las he colocado o porque no las he oído aún.
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