“Venancio, vení, vení,
que el pueblo te necesita
y las flores se marchitan
cuando vos no estáis aquí…”
Bajo el gobierno del General Jorge Sutherland, en 1867, Maracaibo tuvo el honor de ser la primera ciudad de Venezuela donde, en una plaza pública, se erigía una estatua al Libertador Simón Bolívar,
Hasta en ese entonces, en la Patria del Libertador, no se le había dedicado al héroe un monumento público y sin embargo quince años antes los colombianos le habían levantado una en Bogotá.
Aquí en Maracaibo, la estatua era de mármol, con inscripción en los cuatros lados del pedestal, pero carecía de estética y no tenía un parecido real con el Padre de la Patria.
El monumento fue instalado en el sitio donde estaba la pirámide consagrada a los patriotas de La Escuela de Cristo, algunos de los cuales murieron en las prisiones de Puerto Cabello y Puerto Rico.
Siete años más tarde, sin embargo, cuando el General Venancio Pulgar embelleció la plaza y la bautizó con el nombre de La Concordia, la estatua dio tumbos por distintos departamentos de la administración, hasta ir a parar en La Cañada, donde durmió el sueño del abandono más completo.
De esta manera Maracaibo permaneció más de treinta años sin una estatua de Bolívar en su plaza principal, ya que la nueva, cincelada por Eloy Palacios, sólo fue instalada el 24 de julio de 1904; en un acto que tuvo como orador de orden al Dr. Antonio Acosta Medina.
En otrora, el General Venancio Pulgar tuvo el honor de inaugurar lo que hoy es la Plaza Bolívar de Maracaibo, entonces denominada Plaza La Concordia, el 6 de diciembre de 1837.
Con el asesoramiento artístico del famoso pintor venezolano Carmelo Fernández, a quien Venancio envió a Europa con el fin de que observara las más modernas plazas, la de Maracaibo constituyó en esa época un orgullo para los maracaiberos, pues constaba con ocho hermosas avenidas, cuatro fuentes, una verja de hierro con ocho puertas y hasta ciento seis faroles de kerosene.
Venancio Pulgar gozaba en ese tiempo de inmensa popularidad, pero los azares de la política le opacaron su luminosa estrella y apenas tres meses después de la inauguración de la Plaza tuvo que huir hacia Caracas a bordo de su goleta “Virginia”.
El pueblo se amotinó, le lanzó “mueras” y no pudiendo impedir su partida, se dirigió hacia la Plaza la Concordia, donde uno de los exaltados propuso eliminar a martillazos el letrero donde se dejaba constancia que Venancio había sido su constructor.
Carmelo Fernández, que vivía en los alrededores, se enteró del asunto; entonces, enfrentándose a la multitud, les dijo:
.- Señores, no es necesario que usen el martillo y la barra. Déjenme quitarles el letrero.
Y sacando un destornillador corriente, separó las letras.
.- Yo lo hice construir así – explicó – porque sabía que el día menos pensado podía ocurrir esto…
"MARACAIBO DE AYER"
Autor: Jorge Pirela
Canta: Ray Correa
Conjunto "Estrellas del Zulia"
"CANTO A MARACAIBO"
Autor: Luis Pirela
Conjunto "Estrellas del Zulia"
"ALMA ZULIANA"
Autor: Luís Escaray (+)
Canta: Luís Escaray (+)
Conjunto "Venezuela habla gaiteando"
Nota: Doy la más cordial bienvenida a Jean Velazco, hermano gracias por tu preferencia, espero que este lugar sea de tu más completo agrado.
! Buena esa ! Le ganamos otra a los centralistas, como siempre. Lo que si está muy feo es lo del versito porque es muy pelotillero, demasiado. Se parece mucho a los que sacan los aduladores de ahora pero, por supuesto, dedicado a otra persona :) Gracias por las gaitas, Decano.
ResponderEliminarRomel, el verso más bien en vez de una adulación era una protesta contra el gobierno del General Jorge Sutherland, el cual tuvo momentos tormentosos con pueblo zuliano y este recordaba al bravo caudillo Venancio Pulgar quien había sido echado fuera de la región después que había capturado el Castillo de San Carlos.
ResponderEliminarVos sabéis que el pueblo zuliano nunca ha sido “jala bolas”, a excepción de uno pocos “arrodillados” que nunca faltan en ningún lado.