Era el año de 1965 y desde hacía una década había sido fundada la urbanización Tamare por la empresa petrolera Creole, cuando se crea el conjunto gaitero Los Turpiales, como se les bautiza a su inicio.
Tamare, que estaba concebida expresamente para crear convivencia, pues se le organiza como un lugar residencial de puertas abiertas que da cabida al alojamiento no sólo los empleados de Creole, sino también a los particulares que deseasen construir casa propia, fue el sitio propicio para la unión de voluntades que dio lugar a esta agrupación, integrada entonces en su mayoría por estudiantes que en los ratos libres frecuentaban la plaza del sector Andrés Bello donde, además de entretenerse, compartían ideas, esperanzas y propósitos como es propio de la juventud.
Silfredo Meléndez plantó la semilla
Allí, en ese espacio, según cuentan algunos de los que fueron los integrantes del grupo, nace la idea de crear un conjunto gaitero. Aspiración que les surge del modelaje que les brindan agrupaciones prevalecientes, como Los Cardenales del Éxito, Colorama, Los Picapiedras, Las Estrellas del Zulia, Barrio Obrero y Los Compadres del Éxito.
Es específicamente Silfredo Meléndez, uno de los jóvenes de la época, quien reiteradamente manifiesta interés por la gaita y anhelo por formar una agrupación gaitera. Tenía Meléndez el aliciente de que ejecutaba el cuatro y su inquietud musical lo perfilaba como el compositor que hoy es.
Encaminado hacia ese objetivo, Meléndez plantó la semilla y estimula la conformación de equipo cuando comienza a ofrecerle lecciones del instrumento a Andrés Mill -llamado Nacho, como su padre- y Henry Pirela, quienes aprenden a tocarlo y luego se superan con la orientación añadida de otros cuatristas de Maracaibo.
Para que suene la gaita
Paralelamente, y solicitando colaboración económica aquí y allá, se adquieren tamboras, furros y charrascas, y empieza a fraguarse el grupo al que se había sumado como tamborero Humberto Soto, de quien es obligante mencionar que su apodo era “Satanás” para que así quienes lo conocieron hagan memoria y lo recuerden con nitidez, puesto que nunca se le conoció por su nombre de pila. A la tambora de Soto se suma la de Raúl Ágreda, el taciturno del grupo, pero dotado del oído musical que lo llevó a formar parte del grupo de música bailable Los Auténticos, entre de otros conjuntos.
A Los Turpiales de Tamare, así se le llamó luego y fue como mejor se le conoció, se agregaron Edgar Morrel, como furrero; Rubén Villanueva, maracas; Pastor Salazar, charrasquero, y los cantantes Oswaldo Álvarez Parra, dotado de una voz estentórea, y serenatero de inclinado gusto por las danzas zulianas; Luis Royett y Hernán Salazar, mejor conocido como “Nango”. Los dos últimos eran educadores al servicio de Creole. Por la relevancia que el hecho tiene merece indicarse que Pastor Salazar, heredero del señorío de su progenitor, fue hacia el final de los años 80 del siglo pasado gobernador del Estado Barinas, cargo con el que coronó su activismo político.
El primer larga duración
Conformado y entonado, el grupo empieza a probarse interpretando la gaita en las casas de familia de sus integrantes y en centros comerciales de la región. Después, hacia mediados de 1966, sus miembros se sienten listos para lanzarse como profesionales, pero les faltaba dinero y la definición del nombre oficial del grupo.
El recurso económico lo consiguieron mediante rifas y por medio de diligencias que efectuaron Hernán Salazar, Luis Royett y Carlos Morrel, padre, ante las empresas donde trabajaban. En esta gestión financiera igualmente participó Rodolfo “Chicho” Cardozo.
De ese modo acumularon la suma requerida para grabar un “long play”, mientras que el nombre surgió de una ocurrencia de Humberto Soto, quien en el desarrollo de un ensayo subió a un árbol, comenzó a silbar, gritó “soy un turpial” y se lanzó desde lo alto. Entre risas, alguien dijo ¡Llamemos al conjunto Los Turpiales! Y así se quedó hasta que después le agregaron “de Tamare” para otorgarle sentido de pertenencia y ubicación geográfica.
Para el momento de la grabación del primer larga duración, en 1966, además de los integrantes que se nombraron, se habían incorporado como cantantes Egleé Paz, la dama del grupo, Enrique Díaz y Hugo Morrel, quien del mismo modo era furrero. También se sumaron Carlos Morrel, hijo, compositor y tamborero; Santos Díaz, cuatro, y Domingo Sánchez, en la charrasca. Por otra parte, debido a obligaciones estudiantiles que les surgieron en otras localidades se produjo el retiro de Henry Pirela y Humberto Soto, quienes eventualmente se reintegraban como propios.
Ese disco, titulado “Gaitas con Los Turpiales de Tamare” (su portada ilustra esta información), constituyó un acontecimiento en la Costa Oriental del Lago y naturalmente en la urbanización petrolera, orgullosa de su agrupación y de ser su recinto.
Recuerdan los entrevistados que las composiciones Criollita y Zuliana, Plegaria Guajira, Lindo Maracaibo y Sabor Gaitero, constituyeron un verdadero éxito que los colmó de satisfacciones y les recompensó con creces el esfuerzo por hacer de Tamare un sitio para la referencia gaitera.
Fue una manera de decir que Tamare existía y estaba presente no sólo como lugar para la obtención de un mejor ambiente residencial, sino para el cultivo de la manifestación musical zuliana más popular. Los Turpiales de Tamare demostraban que había allí un nicho de pasión por la música zuliana decembrina.
Los Turpiales resurgen
Debido a la muerte trágica de Hernán Salazar, quien era el maestro, el guía, el amigo, el tutor del grupo, sus integrantes entristecidos se fueron alejando de los instrumentos. A esa adversidad se agregaron nuevas realidades de vida de cada uno de ellos, como las obligaciones profesionales y laborales, y la condición matrimonial que los enfocó en las responsabilidades de familia. Otros fallecimientos, los de Oswaldo Álvarez Parra, Humberto Soto y Raúl Ágreda, pusieron punto final a Los Turpiales de Tamare.
Sin embargo, Israel Marcano asegura esperanzado que el grupo está resurgiendo y comienza a ejecutar con la participación de los hijos de estos empeñosos gaiteros que hace 42 años añadieron un nombre al acetato y a la historia de la gaita zuliana profesional en la Costa Oriental del Lago.
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Fuente: Israel Marcano(CONTEXTO de Manuel Bermúdez Romero)
Autor: Carlos Vargas
Canta: Antonio Bravo
Conjunto " Los Turpiales de Tamare"
He aquí un pedazo de una décima que compuso Sigdio Cardozo y que reflejan el humor y chispa criolla de la gente de TAMARE:
Que tronco de bebezón
la que tienen en Tamare
por toditos los lugares
se ven botellas de ron
no tiene comparación
lo que allí bebe la gente
esos rajan aguardiente
con gran extremosidad
esos beben de verdad
y lo hacen diariamente...
A vaina pa' buena.
por fin conoci una reseña concisa de la historia de los turpiales de tamare. espero que se extienda a otras agrupaciones...
ResponderEliminarsaludos
gechapman, gracias por el comentario, se hace lo posible en la medida que se consiga la colaboración y la información; esa es la idea.
ResponderEliminarGracias por particpar, saludos.
Me da mucha alegria encontrar esta referencia de la gaita zuliana, puesto que llevo mas de 30 años escuchando hablar de los turpiales de tamare, puesto que soy casada con el primer furreo de tan destacada agrupacion para esa epoca ,Edgar Morrell....los felicito por esta iniciativa y que vivan los turpiales de tamare.....
ResponderEliminarQUE VIVAN y sigan cosechando éxitos.
ResponderEliminarFelicitaciones a usted, gracias por su presencia en este Blog y la invito a registrarse para formar parte de sus seguidores, ya que la labor de esta Página Web está comenzando a sentirse.
Silfredo Meléndez, Andrés "Nacho" Mill y Henry Pirela (Conocido como Sol Caliente por su característico pelo rojo), excelentes cuatristas, fueron los primeros integrantes del glorioso conjunto gaitero Los Turpiales de Tamare.
ResponderEliminarGracias por tu información, te invito a seguir participando y a registrarte en le Blog.
ResponderEliminarMuy contento por esta reseña histórica que corresponde al grupo gaitero Turpiales de Tamare, como veran el esfuerzo no fue solo mio y me dio gusto saber de todos aquellos compañeros a quienes tengo tiempo que no veo un abrazo bien fuerte para ellos sus esposas e hijos y que Dios los bendiga. Felicitaciones para el Decano por este trabajo espero continúe
ResponderEliminarAca dejo a disposición mi correo electrónico silan_mefer@hotmail.com para cualquier información que deseen hacerme llegar.
ResponderEliminarGracias Silfredo, que mi Santo Negro te proteja.
ResponderEliminarMe estaré comunicando contigo en ese correo.
Demás está decirte que este Blog está a la orden de todos ustedes y me siento "jochao" de su presencia en el mismo.
Los Turpiales están vivos y siguen dando que hacer...
ResponderEliminarSaludos al Decano y a los usuarios de este blog...
Hernán Salazar C.
Gracias Hernan por tu comentario, saludos.
ResponderEliminarTe invito a registrarte en el Blog.