La bola que le dio gas a la ciudad.
Era de la empresa Shell y luego, pasó a manos del municipio. Al principio, su presencia gener6 miedo entre las comunidades. Aun se aprecia en la avenida Santa Rita con calle Pichincha, de la capital zuliana.
A mediados de la década de los años 30, una inmensa bola de acero atrapo las curiosas miradas de los marabinos. ¿Que será ese extraño objeto? Se dijo de todo. Que si era una bomba, un almacén de sustancias toxicas, un peligroso invento para fines desconocidos. A Maracaibo había llegado un acertijo.
Los comentarios corrían por las calles, hasta que la empresa Shell, instalada en una región repleta de petróleo recién descubierto, informó que a falta de servicios públicos como el gas, era impostergable hacer una donación a la república.
En caseríos de La Concepción y La Paz, al oeste de Maracaibo, millones de pies cúbicos del combustible se quemaban en los mechurrios de los nuevos campos. Hacía falta una planta que reservara el gas para la distribución domestica, comercial e industrial. Luego de la concesión, que se produjo en 1938, llega a la ciudad una cantidad de tubos que sirvieron para montar las primeros redes.
En esta fecha solo había dos formas de cocinar: en un fogón o en cocina a querosen. El fogón era elaborado de concreto y como medida se tomaba la estatura de quien cocinaba. "En la parte inferior se hacían pequeños arcos donde se colocaba la leña o el carbón y el piso era de ladrillo refractario", evoca el historiador Orlando Arrieta. La cocina de querosen traía una especie de envase donde se colocaba el combustible, luego, a través de una mecha, se llevaba hasta la estufa que encendía violenta al mínimo toque de una vara encendida. Estos medios se utilizaron hasta que el gas penetro las cocinas de las familias más cercanas a la gran esfera de acero.
Maracaibo estallará.
Como un planetoide de unos 20 metros de alto, de metal brillante aterrizado entre las calles Falcón y Pichincha, en el barrio Las Veritas, la instalación recibió rápidamente un nombre obvio: la bola del gas. Las primeras conexiones eran una novedad que no deja de preocupar a los habitantes cercanos, que hasta se atrevían a vaticinar que la ciudad explotaría. "Cuando la gente supo que tendría gas por tubería estaba muy contenta, pero se fue corriendo el rumor de que la bola podía estallar y volaría a toda Maracaibo. Eso mantenía en zozobra a los habitantes", cuenta Ender Piñero, nacido en 1932 y residenciado en Santa Lucia.
"Tal era el miedo que la zona alrededor de la bola se comenzó a poblar muchos años después que se realizara el convenio del gasoducto", aseguró.
Eran tiempos en que Maracaibo no tenia edificios altos, de modo que desde cualquier tejado podía verse y no tardó en convertirse en referencia para viajeros perdidos y conductores de por puesto.
.- ¿Donde vivís vos?
.- Por la bola del gas.
Los estudiantes del colegio Los Maristas, ubicado a pocas cuadras, eran advertidos por sus profesores para que evitaran pasar cerca de alii. "No pasen cerca de la bola del gas. Es peligroso”.
Pocos años después, en1945, surgió el gasómetro, primer organismo encargado de suministrar gas a la capital zuliana. Con el tiempo los temores fueron quedando atrás y entre nuevas casas y gente más apurada se deja de mirar con miedo a la esfera de la Shell.
En 1974 se constituyó la Fundación Instituto Municipal de Energía (Fime). Los primeros suscriptores no pagaban más de cinco bolívares. Tras dejar de funcionar, a finales de los años 70, la bola de acero cesó sus funciones. La empresa petrolera empezó a surtir directamente los sectores de la ciudad.
Escondida en un enjambre de edificios y árboles frondosos, la bola del gas sigue en pie, pero ahora pertenece al comando general del Cuerpo de Bomberos de Maracaibo. La gigante de ayer, parece más pequeña en su misma esquina.
Fuente: Carolina Bracho
“LA BOLA DEL GAS”
Canta: Danelo Badell y Miguel BriceñoConjunto “Iluminación Gaitera”
“LA TUMBA RANCHO”
Canta: Marvin GonzálesConjunto “Raices”
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Mi abuela tenía un fogón de esos y arriba del fogón había una vaina que le decían "troja" o algo así. Ahí guaraban algunos alimentos, creo que ahora son los gabinetes, que sólo por el nombre, los hacen bien caros. !verga! yo soy viejo.
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