A San Benito le asignó el Viernes Santo para que éste festejase su día, cosa que no cayó muy bien al Santo Negro, el cual al otro día, Sábado de Gloria, le llegó tempranito a Dios para manifestarle su descontento.
Según cuenta este fue el diálogo que se dió entre ambos:
.- Muy buenos días tenga usted Maestro, écheme la bendición.
.- Los ángeles te acompañen Benito, dime ¿Cómo te fue ayer en tu día?
.- Bueno… regular, precisamente de eso quiero hablar con usted a ver si me lo cambia ya que no estoy muy a gusto.
.- A ver, ¿Qué día queréis vos que te dé?
.- Vos veis mi Señor, yo quiero un día alegre que haya jolgorio en las calles.
.- Ok Benito, te daré el día 27 de diciembre y me quedaré yo con el Viernes Santo si vos no lo queréis.
Llegado el día 27 de diciembre San Benito salió para la calle a festejar con todos sus “vasallos”.
Tres día más tarde lo encontró Papá Dios y le dijo:
.- Buenos días Benito, ¿Qué tal te fue en tu nuevo día?
.- Maestro, me fue grandioso, pero quería hacerle otra pequeña exigencia, ¿No me podéis dar una semana para festejar, ya que un día es muy poquito? Digo yo…
El Señor se lo quedó mirando con una sonrisa pícara y le contestó:
.- Mirá Benito, eso es imposible, no se puede. Una semana es demasiado tiempo; un día se te van a rascar unos, al siguiente día seguro que se formarán peleas, habrán quienes se cansarán de tanto bochinche y a la larga a lo mejor quedáis sin “vasallos”. Eso va a ser un bochinche…
San Benito se mostró comprensivo y cabizbajo le dijo:
.- Bueno Maestro, que se va hacer, me tendré que conformar… Bendito y alabado sea el Señor.
“TAMBORERA Nº 2”
Autor: Nelson Martínez
Canta: Ender Carruyo
Conjunto “Gran Coquivacoa”
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